Hazte un favor.
Bueno, tres. Por el bien de tu negocio. Y de tu salud.
Olvídate de conquistar a tu cliente con textos que enamoran.
Olvídate de contratar a tu sobrino para que te ponga algo en las redes.
Olvídate de las agencias de marketing y su devoción por las reuniones.
Si andas buscando una estrategia hipócrita y pasarte 17 meses creando contenido a ver si un día de estos te compran un churro, no es aquí.
Tampoco lo de publicar hoy y que te llegue el Bizum del millón.
Yo solo te ayudo a:
- Vender en tus redes, en tu web o por email.
- Decirte por qué no estás vendiendo y cómo sí podrás.
- Enseñarte a vender mejor. Que se puede.
No hay lista de espera. Solo este detalle ardiente.
La mayoría de las agencias de marketing te complican con Zoom interminables y presentaciones somnolientas.
Luego los resultados tardan años en llegar.
Y te dicen que es el mercado, los clientes que no están listos o tu producto que necesita una mejor versión.
Olvídate de todo eso cuando me contrates.
No tengo tiempo.
Y sé que tú tampoco.
Así que vamos a lo que es.
Porque no viniste a que te demuestre que soy profesional.
Sino a vender más. Con eso puedo ayudarte. Si me interesa.
Antes de escribirme, asegúrate de esto: que eres un buen cliente.
Porque solo trabajo con gente que esté lista.
No porque me crea más que nadie; es que me gusta tener resultados en lo que hago.
Y seguir viviendo feliz, que el vino hay que disfrutarlo en paz.
Para ver si nos encaja lo que somos, podemos conocernos.
Envío un email diario.
Si quieres el tuyo, aquí. (Con sorpresa por-no dentro).
Viene gratis y con historia extra:
- Eso que vende el porno (más que el sexo) y que te ayudará a jugar con los deseos de tus clientes. Descaradamente.
- El guiño sexy de la competencia del que no te estás aprovechando. Cómo meterla a la cama.
- Otra táctica cabrona para que te pidan más. Y regresen. Copiada del Porn Studio.
- Una técnica sensual para conquistar todo lo que se menea. Lenguaje de adultos incluido.
- Cómo usar a tu favor los sucios instintos de las mayorías. Funciona con menos también.
No nos engañemos: si dejas tu email pasarán más cosas conmigo. Y contigo.
Porque todos los días te enviaré algo.
Para que te entretengas.
Y va y de paso aprendes algún truco. Y hasta me compras. O no. Quién sabe.
Pero llegar hasta aquí ya es buena señal.
Digo yo.